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domingo, 30 de noviembre de 2014

Eppur si muove

Hace unos días estuve en una publicación de Facebook participando en conversaciones amistosas que me han resultado reveladoras.  Estas conversaciones rondaban alrededor de un señor que últimamente se está dedicando a dar la vuelta a España con una charla bajo el brazo; el título cambia en función del lugar donde se celebre, pero de forma general, la charla viene a ser la misma.

A lo largo de ese tiempo, en esa misma página de Facebook ha habido personas que han aportado datos científicos serios y respaldados sobre la evidencia, como @qmph_es o @Solof1sincirco, a los que mando un saludo, y algunos más que para mi son desconocidos pero que han demostrado tener un pensamiento crítico y racional; y por otro lado, también ha habido personas que han defendido posturas que no solo carecen de ninguna evidencia real, sino que son abiertamente peligrosas.

Estas personas hablan de censura porque al agricultor no se le ha dejado dar una charla en universidades ni centros públicos de varios sitios de España en los que lo ha intentado. Lo que ellos ignoran —accidental o deliberadamente, supongo que según el caso— es que estas charlas no se han cancelado por mero afán censor, sino que se ha hecho porque el tema a tratar en ellas tenia un cáriz abiertamente pseudocientifico rozando lo anticientifico, y se divulgaba una desinformación que puede ser muy peligrosa.

Este señor entre otras cosas dice que el SIDA «no es para tanto» y que se puede curar con infusiones de plantas.

Este señor afirma que el cáncer (cualquiera, no especifica ninguno) se puede curar comiendo hojas de Kalanchoe, una planta de la que hablaré a no mucho tardar, que si bien no es tóxica en una cantidad, digamos, cotidiana, si que tiene una gran concentración de mucílagos que pueden provocar daños gastrointestinales, sobre todo en personas que tengan sensibilidad en el sistema digestivo (algo que es muy común en un paciente que recibe radioterapia o quimio).

Este señor afirma que el ébola se puede curar con éxito absoluto consumiendo las nueces de una planta africana, Garcinia kola, de la cual ya me habréis visto escribir.

Incluso este señor ha llegado a recomendar que no se haga caso al médico y que los medicamentos los reduzcamos de dosis según pasa el tiempo para, cito textualmente "hacer nuestra propia homeopatía", tal y como nos informaba @ikutram.
ikutram
Tómate lo q manda el médico, pero lo vas reduciendo como microdosis; tu propia homeopatía
23/11/14 21:36

Ninguna de esas afirmaciones tienen el respaldo de ninguna autoridad científica y médica, y tampoco han sido demostradas en ningún momento en estudio científico alguno. Algunas, de hecho, suponen un riesgo con el simple hecho de usarlas, y por supuesto, ese riesgo se hace extremo si al hacerlo se abandona el tratamiento de verdad, el que funciona.

Es un auténtico peligro epidemiologico.

Entre su panda de adeptos en esa conversación me he encontrado de todo. Una persona (que no voy a hacerle la humillación de decir su nombre) ha llegado a decir que si se «enfermara de ébola nunca iría a un hospital, sino que haría vida normal» y se «curaría con plantas». Esa actitud no solo es prácticamente una condena a muerte para esa persona —podríamos decir que se lo ha buscado pero yo todavía tengo conciencia, y en realidad si ocurriera, seria por ignorancia, y la ignorancia es una enfermedad que se cura estudiando—; esta actitud también supone un riesgo para la salud pública que no es tolerable. Es un riesgo epidemiológico con piernas.

Si esa persona de verdad piensa así, es un peligro para la población, y si solo lo dice por, digamos, «ánimo troll», sigue siendo un gran peligro si otra persona llega y se lo cree.

Otra de esas personas participantes en el demencial debate ha alegado que ese conocimiento, el de las plantas que curan, «no se puede hallar en publicaciones científicas porque éstas están controladas por la 'farmafia'», una especie de mafia farmacéutica y no les interesa que eso se sepa.

Sin embargo, tal y como funciona la ciencia, la industria farmacéutica, y los procesos de farmacognosia —que es la ciencia que estudia los principios activos que se presentan en las plantas, su extracción, su cuantificación... vamos, el estudio de las plantas medicinales—, es absurdo.

Si de verdad hubiera una planta que curara cualquier tipo de cáncer, como dicen del Kalanchoe, a la industria farmacéutica le harían los ojos chiribitas, las diferentes empresas perderían el culo por entrar en una carrera por descubrir cual es el principio activo responsable de esa curación, cual es la dosificación con mayor eficacia a menor riesgo y cual es el mejor método de administración, todo bajo los estrictos controles del ensayo clínico, antes de que lo descubran los demás.

Aquella empresa que ganara esa trepidante carrera investigadora, podría patentar el nuevo medicamento y lo podría vender al precio que le saliera de sus epidídimos. Su eficacia seria, sin duda, superior al de la planta en bruto, porque en todo momento se conocería la cantidad exacta de fármaco que se está metiendo al cuerpo y lo podrían mantener bajo control, algo que es imposible de realizar en una planta cuya concentración de principios activos es muy variable, dependiente de una enorme cantidad de factores ambientales y además en la que las interacciones mucho mayores, por no presentar el principio activo aislado sino una mezcla de todo un poco; la gente va a seguir teniendo cancer, eso no va a cambiar, así que se seguiría vendiendo ese fármaco, la farmacéutica que se hiciera con ese descubrimiento podría forrar su sede central con billetes morados sin despeinarse, y el equipo de investigación tendría una cita con el Nobel ese mismo año.

«Pero es que la quimio mata», decían otras voces discordantes, en su idea de que si algo que funciona hace daño, lo que no funciona es seguro mejor; y es verdad que en ocasiones la quimio puede ser muy agresiva. Pero yo prefiero vivir diez años pasándolo mal durante los dos primeros por la quimio, y con riesgo de morir por culpa de la medicación, que morir con certeza a los seis meses con un cáncer, entre estertores y sufrimiento.

En la medicación se toma en cuenta el riesgo y el beneficio. Y eso también es importante. Si un fármaco hace más mal que bien, no se usa. Es sencillo. Y la quimio es un veneno. ¡Claro! Todo lo antitumoral lo es, incluso aunque sea de origen natural como los principios activos del tejo. Son venenos, porque es lo que interesa; hay que matar a un grupo de células que se reproducen sin control, que es lo que es un cáncer, y la mejor forma es envenenarlo. Es normal que como efecto secundario, la persona también se envenene. Hay que buscar la molécula que mejor envenene al cáncer con la menor toxicidad para la persona. Y es algo muy difícil, en lo que las empresas farmacéuticas y la investigación pública gasta millones de euros anuales. ¡Y todo se podría solucionar con una plantita! Ojalá. Las cosas no son tan sencillas.

Es normal que esas cosas no se permitan en una institución cientifica seria. No se puede dar ningún halo de credibilidad, aunque sea simplemente con el nombre de una universidad, a gentuza que engaña a personas enfermas y necesitadas a costa de su propio sufrimiento. Es repugnante.

Pues esta gente, esta gente que se vende como mártir de su particular religión, esta gente que se vanagloria de superar esa falsa censura a la que dicen que les sometemos, esa gente que grita por una presunta libertad de expresión, la libertad de expresarse mediante la difusión de mentiras peligrosas y el fomento de esa visión anticientifica tan arriesgada, toda esa gente opta a su vez por censurar; ellos optan por eliminar los comentarios constructivos y correctos que se escriben bajo el amparo de la ciencia mas rigurosa, deciden acallar las voces discordantes que sueltan gotas de cordura en ese maremagnum de necedad; prefieren borrar cualquier tipo de mensaje que simplemente ponga en duda su particular dogma y que pida un simple estudio clínico que demuestre tan peligrosas afirmaciones; claro que lo hacen, saben que no existen.

Supongo que no les gusta que salga a colación el artículo 26 del código deontológico de la medicina que prohíbe —y transcribo de memoria— dispensar y prescribir productos cuya eficacia no este demostrada científicamente en ensayos clínicos.

Claro que, si algunos médicos ya de base se saltan ese molesto artículo prescribiendo homeopatia, no veo por que no se lo iba a saltar un agricultor que ni siquiera tiene formación en medicina ni en ninguna otra rama biosanitaria.

Recordad. La medicina de verdad, la medicina basada en la evidencia, a veces no cura. Pero las pseudoterapias anticientificas no curan nunca. Por favor, reflexionad.

Y a los que deciden vetar el pensamiento crítico con el fin de proteger su fe, solo puedo decirles: eppur si muove.


Edición del 15 de diciembre.
Podéis encontrar más información referente al tema que he tratado en el blog Bitácora de un Profe de Ciencias y en Qué mal puede hacer.
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jueves, 27 de noviembre de 2014

Emergencia de ébola en España: Luchando contra la desinformación

Recordando un artículo de FantasyMundo.

Con la triste noticia del primer caso confirmado de contagio el virus ébola fuera de África ha saltado la alarma social. Es algo natural, dado que se trata de un virus muy peligroso, y ni los medios de comunicación ni la gente de la calle han tardado en dar a conocer sus perspectivas y sus puntos de vista al respecto.
Muchas son las cosas que se afirman acerca de este virus y de la enfermedad que produce, y no todas son ciertas. Hay muchos mitos, muchas verdades exageradas hasta rozar la falta de cordura, y también mucha despreocupación en otros aspectos, según con quién hables.
Y como yo siempre he defendido, ninguna opinión me parece siquiera aceptable si no está sustentada sobre las evidencias empíricas que la ciencia nos aporta. Es un tema muy delicado, demasiado delicado como para dejarnos llevar por el «he oído por ahí que…», o por las opiniones sesgadas, desinformativas o basadas en la ignorancia —no sabría decir cuál de las tres es la causa, o si están causando sinergia— emitidas, por ejemplo, por una señora que está licenciada en ciencias políticas y sociología, y que no tiene la más mínima idea de epidemiología a pesar de dirigir el ministerio correspondiente.
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lunes, 24 de noviembre de 2014

Soy un simio africano

«Yo soy un simio. Soy un simio africano y estoy orgulloso de ser un simio africano y usted también debería estarlo» - R.Dawkins
Yo también soy un simio. Es algo que sabemos desde que Charles Darwin formuló la Teoría de la evolución mediada por la selección natural.

Hoy la teoría ha crecido, ha madurado. Muchas cosas que Darwin desconocía hoy son fácilmente comprobables. La evolución biológica es un hecho, y la actual Teoría sintética de la evolución es una de las teorías científicas más exitosas, más precisas, más exactas y mejor construidas de la historia.

Gran parte de los conocimientos que tenemos en campos como la biología, la paleontología, la ecología, la agricultura y ganadería, la biotecnología e incluso la medicina proceden directamente de los descubrimientos realizados gracias a la sólida base de la biología evolutiva. La teoría sintética de la evolución es tan óptima, que ha realizado predicciones de gran precisión.

Gracias a esa magnífica y brillante teoría, sabemos que los seres humanos somos primates. Hay gente a la que eso le puede parecer molesto. No comprendo por qué. Yo me siento orgulloso de ser un primate.

Y vosotros también deberíais estarlo.

Feliz día del orgullo primate.

Artículos del 2011 y del 2013.
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jueves, 20 de noviembre de 2014

Vacunas: Su importancia para la salud pública, efectos secundarios y mitos

Otro artículo de FantasyMundo

No nos cabe duda de que los avances médicos son vitales a la hora de mejorar la calidad de vida, y de ellos pocos han sido tan efectivos en esta tarea como los antibióticos. Ya en el pasado expliqué las ventajas y también los inconvenientes del uso de estos fármacos, que han ayudado a extender la esperanza de vida de una forma más que evidente; sin embargo hoy pretendo hablar de otro gran avance en la ciencia médica que genera una gran controversia social: las vacunas.
En el ámbito social hay una gran disputa sobre la efectividad, la seguridad y la ética detrás de la vacunación. Hay movimientos que promueven la no vacunación de los niños. Esgrimen generalmente argumentos tales como que las vacunas nunca han demostrado ser ni seguras ni eficaces; aducen que los ingredientes empleados para la elaboración de las vacunas son altamente tóxicos, incluyendo metales pesados, y, citando textualmente, «virus modificados genéticamente». Con esto, arguyen que las vacunas infantiles no son solo causantes de autismo, sino que además los efectos secundarios atribuidos a la vacuna son muy numerosos y peligrosos.

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lunes, 17 de noviembre de 2014

Anillo

Muchos creacionistas alegan siempre que no hay evidencias de organismos intermedios entre una especie y otra. También hablan mucho sobre que no somos capaces de mencionar una sola especie que esté evolucionando actualmente. Y por supuesto, eso les lleva a afirmar, en su error, que nunca se ha demostrado que una especie evolucione a otra especie diferente.

Los tres argumentos son falsos. Y los tres pueden desmontarse con un ejemplo muy sencillo.

Recordamos de esta entrada que la definición de especie era complicada, pero que no cabía duda de que en todos los casos en que dos grupos de seres vivos no pueden reproducirse entre sí el uno con el otro (según su sexo), son de especies diferentes.

¿Pero y si algunos pueden, pero otros no? Me explico.

(Wikipedia) Phylloscopus trochiloides
Imagina que tenemos una población de mosquiteros. Son unos pajaritos pequeños, amarillentos verdosos tirando a pardos, y de hermoso canto.

Este mosquitero, al que voy a llamar Phylloscopus trochiloides trochiloides, por ponerle un nombre, digamos que se extiende por el sur del Himalaya desde la zona de Nepal, por el norte de la India hasta el oeste de China.

Encontramos una subespecie de este, en la zona central y norte de China, en las provincias de Gansu y Mongolia Interior, a la que llamamos P.t. obscuratus. Si continuamos hacia el norte por Mongolia y hasta la zona oriental y central de Siberia nos encontramos con otra subespecie que llamamos P.t.plumbeitarsus.

(Wikipedia) Relación de subespecies de la
especie anillo Phylloscopus trochiloides
  • Rojo: P.t.plumbeitarsus
  • Naranja: P.t.obscuratus
  • Amarillo-verde: P.t.trochiloides
  • Azul: P.t.viridanus

Por otro lado nos encontramos otra subespecie que se extiende desde el noroeste de la India hacia el norte, hasta Europa central por el oeste y hasta el centro de... ¡Siberia!, por el este. Se llama P.t.viridanus.

La subespecie viridanus puede reproducirse sin problemas y con descendencia fértil con la subespecie trochiloides. Además, trochiloides puede hacerlo sin dificultad con obscuratus, y ésta sin mayor esfuerzo con su vecina plumbeitarsus.

Siguiendo este esquema en el que cada subespecie puede reproducirse eficazmente con su subespecie vecina, no nos cabe ninguna duda de que pertenecen a la misma especie, ¿verdad?

Pero surge un problema. Claro. En el centro de Siberia coinciden dos subespecies diferentes, una que llega desde el oeste: viridanus, y otra que viene por el este: plumbeitarsus. Y el problema que encontramos es que estas dos subespecies no pueden reproducirse entre sí.

Y es un problema gordo para los taxónomos. Porque si no se pueden reproducir entre sí dando una descendencia fértil significa que son dos especies diferentes.

Lo que aquí tenemos es que, alrededor de la cordillera del Himalaya nos encontramos con un anillo de subespecies que mantienen una continuidad desde el oeste de Siberia, pasando por el sur, hasta el este de Siberia, según la cual todas pertenecerían a la misma especie porque en esta dirección todas las poblaciones pueden reproducirse y dar descendencia fértil con sus vecinas, pero que esa continuidad se fractura cuando las dos subespecies de los extremos se juntan en el centro de Siberia; fractura que nos obligaría a pensar en ellas como en dos especies diferentes.

(Wikipedia) Diagrama explicativo de
la naturaleza de una especie anillo.
Este tipo de especies las llamamos especies anillo. Y la causa de que ocurran no es otra que la evolución.

En una especie anillo lo que encontramos es una serie de poblaciones —en este caso, de la subespecie trochiloides— que se ha diversificado en nuevos hábitats, y por tanto, sobre las que han ocurrido dos cosas: una es que han sufrido distintas presiones selectivas, y la otra es que se ha reducido el flujo genético, sea por la aparición de barreras físicas —parapátrida— o por una reducción de las comunicaciones producida por la distancia —alopátrida—. En este caso particular, la diversificación de la población trochiloides dio lugar a viridanusobscuratus, y de la subespecie obscuratus se formó, después, plumbeitarus.

Esos dos procesos nos llevan a algo bien conocido.

La reducción del flujo genético implica que los animales de una población no mezclen los genes con los de la otra población, y por tanto, que las mutaciones que puedan surgir en una u otra no se comuniquen de una a otra.

Por el otro lado, el cambio en la presión selectiva lleva a que la población que lo sufre se vea favorablemente seleccionada por el ambiente en un aspecto diferente, y por tanto, que sean otras mutaciones las que se vean favorecidas.

Eso no es ni más ni menos que evolución. Solo que cuando hablamos de evolución los creacionistas entienden que hablamos de una especie dando lugar a otra distinta, y que cuando los cambios son dentro de la misma especie les ponen el rimbombante nombre de microevolución. Ellos sí que aceptan la innegable microevolución pero no el cambio de especie a especie.

Pero en este caso se les presenta un problema grave. Y es que este ejemplo simple de especie-anillo demuestra que el cambio de especie a especie no es más que la consecuencia lógica de llevar esa microevolucion intraespecífica a una mayor escala.

¿Recuerdan los tres argumentos citados al principio?


  1. Dicen que no conocemos organismos intermedios entre una especie y otra, y sin embargo, entre las dos subespecies extremas de esta especie anillo, viridanus y plumbeitarsus —que como hemos visto, entre ellas de forma aislada han de considerarse como especies diferentes porque no pueden reproducirse y dar una descendencia fértil—, nos encontramos con dos formas intermedias: obscuratus y trochiloides.
  2. Dicen que no conocemos especies que estén ahora mismo evolucionando, y, aunque ellos no entiendan que en realidad todas las especies lo están haciendo, este ejemplo muestra de forma clara una población evolucionando ahora mismo, en tiempo presente, en dos direcciones distintas.
  3. Dicen que nunca hemos observado a una especie evolucionando a otra, y en este claro ejemplo estamos observando el proceso por el cual una población, trochiloides, está evolucionando en dos poblaciones diferentes, viridanus  y  plumbeitarsus, que entre sí han de considerarse como especies diferentes. Estamos viendo una especie que está en proceso de evolucionar a dos especies distintas.
(Wikipedia) Esquema de la distribución
de la especie-anillo del género
Larus formada en el ártico.
1 y 2: L. fuscus,
3: L. heuglini
4: L. vegae birulai
5: L. v. vegae
6: L. smithsonianus
7: L. argentatus.
En realidad es lógico. Cuando una persona —como un creacionista— decide negar toda evidencia empírica para aceptar única y exclusivamente su dogma de fe, por muy errado que éste esté, sus argumentos no solo no pueden sostenerse, sino que se desmoronan en el momento en que se analiza levemente la realidad.

El concepto de especie anillo no solo ocurre con estos pajaritos. Nos encontramos más ejemplos a lo largo de la biosfera, aunque en realidad no son muy comunes, en parte por la dificultad taxonómica que conllevan, en parte también por la dificultad de reconocerlas, y también por las características ambientales particulares requeridas y su inestabilidad intrínseca; la salamandra Ensatina eschscholtzii, el género de gaviotas Larus alrededor del ártico o las plantas centroamericanas de la especie-anillo Euphorbia tithymaloides son más ejemplos. 

Bibliografia científica recomendada:
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viernes, 14 de noviembre de 2014

«Una Vaga Idea» sobre el ébola

Hoy quiero aportaros «Una Vaga Idea» sobre lo que es el ébola, cómo ha afectado realmente, qué medidas se han tomado y cuál ha sido la calidad de dichas medidas.

Todo ello os lo voy a aportar no por escrito, sino a través de este nuevo podcast (@UnaVagaIdea), de reciente estreno, y en el cual participaré de forma más o menos recurrente en una sección de ciencia que sus directores Juan Alberto (@s7age) y Jesús (@ChuSGC) han bautizado con el divertido nombre de «Varyología»

A continuación os pongo el podcast entero; para quien esté interesado en mi sección concreta, comienza en 8:22, hasta el 34:30, sin embargo yo os recomiendo que lo escuchéis al completo.

En mi sección hay algún pequeño problemita de audio, producto de la comunicación telemática a larga distancia; podéis inferir facilmente qué dije en las pequeñas partes en las que no se oye.

Espero que lo disfrutéis. Podéis encontrar en la barra lateral un acceso al podcast, y también con la etiqueta «Varyología» iré subiendo todas mis participaciones para que lo tengáis accesible. De momento, este es el primer programa, y esperamos que haya muchos más y vaya para largo.


 
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martes, 4 de noviembre de 2014

Homeopatía... ¿no es eso de las hierbas?

A la caza del principio activo 


El próximo sábado día 8 a las seis de la tarde estaré en el Bardeblás, en Burgos, donde va a dar comienzo la próxima edición de Enigmas y Birras, a cargo de la asociación Alt+64 y el Círculo Escéptico, del cual soy miembro.

Allí estaré para hablar a quien me quiera escuchar sobre una de las pseudociencias de las que más hemos hablado en este blog, y de esa eterna confusión que existe en torno a ella.

 «¿Qué es en realidad la homeopatía? ¿Es lo mismo que usar plantas medicinales o es otra cosa? ¿Funciona de verdad? ¿Y las plantas medicinales, funcionan? ¿Cómo lo hacen? ¿Es cierto que hay por ahí una planta que cura el ébola?
Estas preguntas y muchas más encontrarán respuesta el sábado día 8 de noviembre a partir de las 18:00 en el Bardeblás, donde nos adentraremos a la caza del principio activo.» 

Si os interesa, os recomiendo que no os perdáis este Enigmas y Birras: #EyBHierbas

Recordad, en el Bardeblás, en la calle La Puebla número 29, en Burgos, el sábado 8 de noviembre a las 18:00.
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